La Entamoeba coli es una ameba
fácilmente encontrada en los intestinos de algunos animales, incluido
el hombre. Se presenta tanto en sujetos sanos como en enfermos,
frecuentemente en forma comensal.
Es una especie de parásitos mayormente no patógena del género Entamoeba que es de importancia clínica. Primero, porque a una persona sana no le causará ningún daño o malestar, pero si las defensas naturales corporales están bajas o en casos de mala nutrición, sí causará daño. Segundo, es importante en medicina, porque a menudo es confundida durante la examinación microscópica de heces, con la especie patogénica Entamoeba histolytica.[1] Aunque esta última diferenciación entre las dos especies es típicamente hecha por examinación visual de los quistes del parásito con el microscopio de luz, se han desarrollado nuevos métodos y técnicas para facilitar la distinción.[2]
La presencia de E. coli
no debe ser, en sí, una causa para buscar tratamiento médico por ser
inofensiva. Sin embargo, esta ameba propicia la proliferación de otras
amebas en el interior del organismo que se encuentre, así como puede ser un indicio de que otros organismos patógenos hayan sido consumidos conjuntamente.[3] En muchas ocasiones es confundido (por su abreviación E. Coli) con Escherichia coli.
Ciclo de vida
A
lo largo de su vida presenta varias etapas, las cuales dependen de los
nutrientes (o ausencia de estos) en el medio que lo rodea.
Trofozoito
Se presenta como una masa ameboide, incolora, que mide de 15 a 50 μm. Sus movimientos son típicamente lentos, con formación de seudópodos anchos, cortos y con escasa progresión. En el interior de su endoplasma se pueden apreciar algunas vacuolas digestivas que generalmente contienen bacterias en su interior.
Prequiste
Al prepararse para el enquistamiento, el trofozoito expulsa de su citoplasma los alimentos no digeridos y su contorno se vuelve más esférico.
Quiste Inmaduro
En este estado se empieza a secretar una membrana protectora resistente que recubre la célula de los medios externos desfavorables. Al mismo tiempo se empieza a crear una vacuola conteniendo glucógeno.
Quiste Maduro
El núcleo se divide 3 veces alcanzando el número de 8 núcleos, a diferencia de los quistes de E. histolytica, el cual no tiene más de 4 núcleos. En el citoplasma del quiste maduro se observan espículas o masas irregulares llamadas cromátides. Se observa nuevamente la vacuola con glucógeno.
Metaquiste
La capa es lisada
y desgarrada, escapando la masa octanucleada. El citoplasma del
metaquiste se divide en ocho partes, dando lugar al trofozoito
metaquístico.
Trofozoito Metaquístico
Son
el producto inmediato del metaquiste. Al empezar su alimentación se
desarrollan y crecen formando el trofozoito, cerrando así el ciclo
vital.
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